Un filme proyectado en el círculo de periodistas abrió el debate: ¿existió la tortuga manuelita?

El Círculo de Periodistas de la provincia de Buenos Aires proyectó esta tarde el filme-documental “Manuelita ¿dónde estás?, de la cineasta Deborah Narváez y basada en la historia de la conocida canción de la escritora y periodista María Elena Walsh.

La película cuenta, desde la perspectiva de la propia directora, la búsqueda identitaria de la famosa y simpática tortuga que “vivía en Pehuajó” –según reza la primera línea del tema musical-. Es que de allí es oriunda Narváez. Ese solo planteo, tan personal, tan simbólicamente bonaerense, da paso a otra cuestión que es igual de interesante y perturbadora: ¿existió realmente Manuelita?.

En el transcurso de la película, se eslabonan diversos testimonios que otorgan forma de mito a la posibilidad de que la tortuga Manuelita haya habitado Pehuajó, al menos en los albores del siglo XIX. De todos los testimonios recogidos por la cineasta -que nunca son recuerdos propios, sino historias que oyeron de otros- emergen cantidad de anécdotas y versiones posibles, a la manera borgeana.

Verosímil suena una recordación -que citan varios- sobre un regalo que un carrero de Mar del Plata, vendedor de verduras, le hizo a un comerciante local. El obsequio es, claro, Manuelita. La tortuga debe su nombre a la relación que hicieron los hijos del comerciante con su padre, que se llamaba Manuel. “Entonces, la tortuga se llamará Manuelita”, coincidieron.

Así una tortuga que cabía en un puño se hizo mascota de esa familia. Con el tiempo, la tortuguita fue creciendo (¿era un quelonio de mar?) hasta alcanzar un metro de diámetro. Posaba tranquila en el local de la verdulería, ubicado frente a la plaza y a una escuela cercana. Agregan los memoriosos vecinos que, por sus dimensiones, alguna vez estuvo atada a un árbol, con una correa y con un candado amarrado a su caparazón. Esa historia tiene, sin embargo, un final feliz: por compasión, los chicos la llevaron hasta la laguna de Pehuajó para dejarla allí y verla, así, por última vez.

El enigma no se revela, pero basta ver el rostro sorprendido de quienes presenciaron el filme para asegurar que Deborah Narváez dejó el signo de interrogación sin cerrar. La proyección estuvo a cargo de Alejandro Sánchez Moreno.

La película fue exhibida en el marco del ciclo de actividades culturales y educativas que promueve el Círculo de Periodistas de la provincia de Buenos Aires para la temporada de primavera, que se inició con la presentación del libro “Fangio”, del periodista Pablo Morosi y continuará el próximo 21 de octubre, a las 18.30, con un acto de homenaje al Padre Cajade, al cumplirse 20 años de su desaparición física.

Fotografía: En Provincia.