
Hace 3200 años, en la antigua Persia (actual Irán), se desarrolló una tecnología innovadora conocida como Qanat, un sistema de acueductos subterráneos diseñado para transportar agua a largas distancias en climas áridos y cálidos.
Este ingenioso sistema permitió la existencia de granjas y comunidades que de otra manera no podrían sobrevivir.
Los Qanats fueron excavados manualmente por trabajadores a lo largo de varios kilómetros, cada uno más bajo que el otro.
Los qanat comenzaban como pozos profundos excavados en terrenos elevados y culminan en arroyos que fluyen por salidas hacia un asentamiento humano.
Estas sencillas maravillas de la arquitectura antigua, accionadas solamente por la gravedad, permitieron a los asentamientos en climas áridos tener acceso fiable al agua.
El término “qanat” puede tener diferentes nombres regionales, como “kārēz” en Afganistán y Pakistán, “foggāra” en Argelia, “khettāra” en Marruecos, “falaj” en Omán y los Emiratos Árabes Unidos, y “ʿuyūn” en Arabia Saudita.
Fotografía: Archivio web.