Luego de meses de remodelaciones que aprovecharon las restricciones por la pandemia, el Museo Nacional del Cabildo de Buenos Aires y de la Revolución de Mayo reabrió sus puertas con metros cuadrados recuperados, techos, pisos y salas renovadas y la inauguración de muestra una en clave artística que toma como punto de reflexión la prensa gráfica en torno a las invasiones inglesas, y otra que exhibe los avances de las excavaciones arqueológicas que desde 2017 se hacen en el patio sur del edificio colonial.
La puesta en valor de este ícono de la historia del Rio de La Plata, que antes de la emergencia sanitaria recibía al menos medio millón de visitas al año, va desde pintura y revestimiento de techos y pisos hasta la refacción del patio colonial, el campanario y la cúpula.
Pero quizá la gran conquista es la incorporación de tres nuevas salas que pertenecían a la Comisión de Monumentos, las cuales desde ahora están destinadas, en un caso, para exhibición; otra para actividades educativas con la intención de ser punto de encuentro para las infancias y personas mayores (dos de las poblaciones más convocantes), mientras que la tercera extiende las oficinas dedicadas a las y los trabajadores del Cabildo.
En palabras de María Isabel Baldasarre, el Cabildo “es el gran museo de público espontáneo. Al estar en el eje cívico, en la Plaza de Mayo, es el museo donde la gente pasa imprevisiblemente sin pensar en venir. Por eso, era fundamental tenerlo abierto y en condiciones”.