
Las aguas frente a la Base Antártica Carlini, ubicada en la Isla 25 de Mayo de la Antártida Argentina, se congelaron en su superficie para repetir un fenómeno que se da todos los inviernos y que limita las actividades de investigación científica.
Según información suministrada por la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, “año tras año, en algún momento del invierno, las aguas de caleta Potter, en cuyo margen se encuentra Base Carlini, empiezan a congelarse; estos días conforman el único período en que nuestros científicos interrumpen los monitoreos en las aguas antárticas de la zona, solo quedan algunos sensores sumergidos”.
La delgada cobertura de hielo no permite la navegación pero tampoco tiene el suficiente espesor como para transitarla a pie y realizar perforaciones con el grado de seguridad necesario.