La construcción de un avión en la azotea de un edificio es parte de quienes sueñan

Virgilio Carlos Mira D’Ercole, nació en Taino, ciudad próxima al lago de Como (cerca de los Alpes) en la región de Lombarda al norte de Italia, en 1890. Próximo a cumplir los nueve años su familia se radicó en Vicuña Mackenna, Córdoba (Argentina).

En 1915, Mira, con 24 años realizó el curso de piloto en un Farman en el aeródromo de San Fernando. Debido a la Primera Guerra Mundial, era imposible adquirir un avión; así decide construir el suyo con un viejo Gnome de 7 cilindros, fuera de servicio. El primer Golondrina bastante parecido al Bleriot XI, ya tenía el tren de aterrizaje característico de los diseños posteriores de Mira (basado en uno de los Deperdussin de 1912/13). Con él, recorrió el país hasta que se accidentó.

En San Fernando construyó el Golondrina 2 (1916) con el que realizaba acrobacia. Durante cinco años recorrió el país haciendo demostraciones.

En 1922, construye el Golondrina 3 (En realidad, los modelos anteriores se denominaban también Mira 1 y Mira 2; pero recién en este se pintó el nombre del ave a los costados del fuselaje y quedó definitivamente el nombre de Golondrina para todas sus máquinas).

El Golondrina 3 tenía muchas mejoras y se podía armar y desarmar en diez minutos. Para centrar los comandos, utilizaba amplios zaguanes de casas antiguas en donde ubicaba el avión y, con el motor a pleno, obtenía un precario pero práctico túnel de viento. Seguía utilizando el mismo viejo motor Gnome, que lo reacondicionaba continuamente.

Con este avión obtuvo varios premios en carreras de todo tipo y, hasta 1930, siguió haciendo más demostraciones por todo el país.

Luego, detuvo estas actividades durante siete años mientras construía el Mira Golondrina 4, con un nuevo motor: el Le Rhone de 80 hp, que se podía convertir en triplaza.

Debido a una reglamentación aeronáutica, que entró en vigencia en esos años, el Golondrina 4 voló por última vez en 1937 y Virgilio se muda a Mar del Plata.

En 1955, comienza a nacer la idea del Golondrina 5. Alrededor de 1970, Mira vuelve a Bs. As. acompañado por otros especialistas como Ciro Rietti (precursor de la energía solar en el país) y Pedro Baldomero (un genio de la Aeronáutica nacido en Hinojo – Provincia de Buenos Aires) construye el Golondrina 5. Este avión se construyó en la casa de Ciro Rietti, en su casa-laboratorio, en la terraza del segundo piso. De allí fue bajado para su primer vuelo y el espectacular movimiento que generó fue cubierto por la prensa de entonces. De allí surgió luego, el libro “El avión que bajó por la azotea”. Los que estén en Buenos Aires, pueden ver —en una de las paredes del primer piso de la casa de Rietti (Lezica 3948, en el barrio de Almagro) el mapa del recorrido por las Américas que pensaban hacer con este avión que llevó la matrícula experimental LV-X52, con Continental 65 hp.

En abril de 1974, vuela por primera vez en la VII Brigada Aérea de Morón. Mira, de 83 años, sólo efectuó un carreteo de prueba, el vuelo estuvo a cargo del piloto Raúl Sánchez. Despegó en 20 m., voló a 175 km/h y aterrizó en 10 m.; pesaba 250 kg. Vacio y tenía una capacidad de carga útil de 300 kg. Consumía 12 l. por hora y podía alcanzar una velocidad de 200 km/h. La velocidad de pérdida era de 40 km/h.

Mira falleció en Buenos Aires, el 5 de enero de 1983.

(Parte del presente es un extracto de la revista argentina “ALAS de América y del Mundo”, Año III, Nº 22, de Ene-Feb. /1996, Escrito por el historiador aeronáutico Oscar Luis Rodríguez)